Influencia del Aprendizaje del Inglés en el Desarrollo Cognitivo de Personas con Capacidades Diferentes

Por años se ha investigado cómo el aprendizaje de un segundo idioma influye en el desarrollo cognitivo de una persona. Aunque en apariencia pudiera pensarse que se trata simplemente de la adquisición de habilidades lingüísticas, de crecimiento personal o ventajas profesionales; en realidad constituye un método para incrementar la creatividad, la memoria y el pensamiento crítico en general. De hecho, se recomienda su aprendizaje como una forma de retrasar el Alzheimer en personas mayores o incluso, para frenar un poco su avance una vez que ya se padece.
El cerebro es un órgano que requiere de mucha estimulación desde el nacimiento hasta el último día de nuestra vida. El aprendizaje de una lengua o hasta más, favorece la memoria a corto y largo plazo, aumenta la flexibilidad cognitiva al permitir adaptarse a nuevas situaciones y pensar de manera más creativa y flexiva; promueve la formación de nuevas conexiones neuronales, mejorando la plasticidad cerebral; permite la recuperación de habilidades cognitivas y motoras tras sufrir un accidente cerebrovascular, estimulando diversas áreas del cerebro; entre otros muchos beneficios.
Existe una considerable diferencia entre una segunda lengua y un idioma extranjero. En teoría, es un idioma nuevo, solo que existen contrastes entre cómo se aprende cada una. Una segunda lengua es aquella que se adquiere luego de la materna. La persona está inmersa en esa cultura. Por ejemplo, un suizo aprende alemán, luego francés, italiano y hasta romanche, porque en su país se hablan todas ellas. Es posible que los use todos en una día cualquiera dependiendo de dónde se encuentre. Técnicamente, está sumido en ese ambiente, por lo que el aprendizaje es más fácil, más dinámico. Por otra parte, una lengua extranjera es aquella que se aprende fuera del contexto; es un peruano aprendiendo portugués, por ejemplo. Su estudio requiere de más esfuerzo dado que no tiene contacto con la cultura ni con más personas que lo hablen, a no ser sus compañeros de clase. En esencia, el esfuerzo cerebral es mayor al igual que las conexiones neuronales que se establecen. La ausencia de referencia con el nuevo idioma requiere de habilidades neurolingüísticas y neurobiológicas superiores.
Ahora bien, ¿cómo se desenvuelve todo este proceso en una persona con alguna discapacidad que comprometa el cerebro? Algunas afecciones como la parálisis cerebral, la epilepsia, la esclerosis múltiple, los traumatismos craneoencefálicos o los trastornos del neurodesarrollo afectan considerablemente las funciones cognitivas, intelectuales, y conductuales, dependiendo del caso. Por lo tanto, el aprendizaje en sí puede estar muy limitado y requiere de estrategias específicas para lograrlo. Es importante mencionar que tienen dificultades para aprender, comprender y comunicarse; sin hablar de otras funciones que pueden verse comprometidas. Generalmente, requieren de más tiempo para lograr adquirir los conocimientos que el resto de las personas.
La educación inclusiva se enfoca en incorporar técnicas, recursos, estrategias y demás en ambientes regulares donde una personas con discapacidad puede aprender con el apoyo y las adaptaciones curriculares necesarias. El docente de hoy en día se capacita cada vez más en poder solucionar este tipo de situaciones en el aula; recibiendo además el soporte de toda la comunidad educativa y de la sociedad en general.
Algunos de los ajustes razonables más conocidos son el uso de la tecnología asistida, con programas especializados, dispositivos adaptativos, entre otros. También lo es la adaptación del entorno para una mejor accesibilidad física, como las rampas o escritorios adaptables. Los planes y programas de estudio individualizados de acuerdo con las Necesidades Educativas Especiales que se demanden. Del mismo modo, la capacitación por parte de tutores, maestros y personal educativo es primordial, aludiendo principalmente a su empatía y la preparación correspondiente según los requerimientos específicos de la persona; sin olvidar a los padres de familia y la comunidad en general.
Aprender un idioma extranjero dota a las personas con discapacidad de mejoras en su memoria, atención y capacidad para la resolución de problemas. Al igual que sucede con el resto de las personas; les facilita la inclusión laboral y social, aumentando sus posibilidad de empleo y autonomía. Contribuye al desarrollo personal y a la autoestima, puesto que les permite superar barreras y alcanzar nuevas metas. Del mismo modo, la estimulación que se produce durante el aprendizaje de otro idioma a través de la audición, la visión y el juego promueve también mejoras en las habilidades motoras finas y gruesas que se observan mediante la precisión y coordinación; dando lugar a un ser humano más feliz y capaz.
Dra. Suzette Ross Mulet
Dr. Juan Ramón Ross Bauta
Docentes investigadores de la Benemérita Escuela Normal Urbana Nocturna del Estado “Ing. José G. Valenzuela”.